Compostaje

En el jardín se generan un gran volumen de restos orgánicos que, en muchos casos, se meten en bolsas de plástico y acaban en un vertedero. Este proceso genera putrefacción y, finalmente, emisión de gases de efecto invernadero (GEI), que favorecen el cambio de nuestro clima.

Y sin embargo, los restos generados en el jardín se complementan estupendamente con los restos domésticos de nuestra cocina. Además, un compostaje bien hecho nos proporciona un producto de gran calidad para recuperar la fertilidad de nuestras tierras. Recordemos que la fertilidad de las tierras agrarias se ha reducido mucho en las últimas décadas y prácticamente es inexistente en numerosos jardines, donde se han depositado sustratos muy arcillosos.

En 2014, impulsado por un grupo de vecinos, comienza en Larrabetzu un proyecto coordinado de compostaje de los restos orgánicos al que han ido sumándose familias y establecimientos públicos de forma voluntaria. Actualmente se compostan los restos orgánicos de 320 familias y 9 establecimientos, lo que representa cerca del 70% del total de los residuos orgánicos del pueblo.

El modelo se caracteriza porque somos los profesionales de la tierra (3 baserritarras y Besaia) los que recogemos puerta a puerta y realizamos el proceso de compostaje.

Finalmente, un compost de calidad nos permite conseguir una planta bien nutrida y un suelo vivo, factores claves para avanzar hacia el funcionamiento del sistema-jardín que perseguimos en la Jardiecología.